Entre los años 218 y 201 antes de nuestra Era tuvo lugar la conocida como Segunda Guerra Púnica, que enfrentó a las dos potencias hegemónicas de la época en el Mediterráneo Occidental, Roma y Cartago. Entre los protagonistas de esta contienda destaca con luz propia el general cartaginés Aníbal Barca, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, que pudo cambiar el curso de la Historia
Alfonso I de Navarra y Aragón falleció en el año 1134, dejando un incipiente reino que años después se convertiría en la Corona de Aragón. El conquistador de la ciudad de Zaragoza no tuvo hijos, por lo que su sucesor natural parecía ser su hermano menor, Ramiro. Pero «el Batallador» sorprendió a todos con un testamento que, aunque a la postre no fue respetado, sí tuvo una importante repercusión